Si todos supiéramos que perdonar nos libera y nos llena de paz, este sería el primer acto que haríamos cuando alguien nos ofende.
Perdonar es no llevar cuenta de las faltas que alguien nos ha hecho. En griego se traduce como “dejar pasar”. También se puede decir que es un acto de amor propio. Perdonar es dejar de guardar resentimiento o de pedir una recompensa por los daños que sufrimos
En este sentido, la Biblia nos enseña que el perdón se fundamenta en el amor sincero, porque este “No lleva cuenta de los daños” (1 Corintios 13:4-5).
Perdonar nos libera del enojo
Sabemos que las ofensas causan heridas, pero, aun así, perdonar nos libera del peso del rencor, de la tristeza y nos ayuda a amar a nuestros enemigos. Estos cinco consejos te pueden ayudar:
- Recuerda que perdonar no es afirmar que estuvo bien lo que pasó. Es dejarlo pasar.
- Piensa en los beneficios que te traerá el acto de perdonar. Te liberará de la ira y del rencor y te llenará de paz y serenidad.
- Sé comprensivo. Todos cometemos errores porque no somos perfectos. Somos humanos, con debilidades y fortalezas. Así como otras personas y Dios perdonan nuestras faltas, también nosotros tenemos que ser comprensivos con los demás.
- Razona sobre la importancia del error. Si es algo muy pequeño, con más razón, déjalo pasar.
- Deja que el perdón sea más rápido que el enojo.
