La mística presentada aquí es ante todo la católica, pero así mismo se dedican diferentes voces a tradiciones vecinas o totalmente diferentes del cristianismo, y ello no solo para dar razón de los puntos de contacto, sino también para que se entienda que la búsqueda de los místicos es un dato constante y «transversal» de la experiencia religiosa universal.
Muchos son, también, los nombres de personas poco conocidas o incluso hasta hoy ajenas a la fenomenología mística propiamente dicha. A estas personas se les ha concedido el mismo espacio que a los grandes místicos aclamados como tales en todas las historias de la espiritualidad, precisamente porque está cambiando el concepto mismo de mística, que según los editores, puede definirse -en síntesis extrema- como la consciencia del don de la presencia actual de Dios en la propia vida.
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