En la actualidad la descomposición social no aprecia que robar está mal, es algo serio y preocupante lo que estamos viviendo. Observamos cómo sin sentido, ahora lo bueno es malo y lo malo es bueno e ignoramos el daño que está causando en familias enteras.
Cuando pensamos en que robar está mal, nos viene a la cabeza que jamás haríamos eso, que nunca robaría un banco o una casa. ¿Pero y los robos pequeños? En ocasiones hasta nos escudamos por la viveza que se vive a diario en el trabajo, con la pareja, amigos y sólo para hacerlo sin remordimiento.
Es importante reconocer que los jóvenes cuando toman dinero de sus padres o en el colegio están robando. Cuando uno de los esposos desvía fondos de las cuentas conyugales también lo está haciendo. Pero hasta donde podemos consentirnos actuar de esta manera desmedida y pretender que todo está bien.
Despertemos robar está mal
Robar está mal por principios familiares y sociales. Injusticia cuando alguien con esfuerzo obtuvo algo y otro lo tome sin consentimiento, es frustrante para las personas afectadas. Pero el individuo que comete el acto también está siendo perjudicado por una maldad interior que irá incrementándose y deseando más.
Eres una persona que entiende que robar está mal, pero a veces tomas bolígrafos de tu oficina laboral por ser insignificante, sé valiente y cambia inmediatamente. Esfuérzate tienes el poder de tener dominio propio, a vivir íntegramente y ser prudente en tu actuar. (2 Timoteo 1:7).
Es indispensable que volvamos a poner en práctica los valores que se han ido perdiendo. Porque así como robar está mal, pero es común hasta justificarlo cuando alguien lo hace, se adhieren otros problemas con él. Como la mentira, avaricia, la hipocresía que irá dañando tu imagen personal y espiritual.