Cristina Kaufmann no se propone ser maestra. No habla para enseñar, y mucho menos quiere imponer. Es buscadora, es testigo, y transmite experiencia. Comunica lo que siente, lo que vive. Cuando habla de Teresa de Jesús, o de Juan de la Cruz, o de Edith Stein, en realidad está hablando de sí misma, de su propia realidad vital. Como ellos, no puede resistirse a comunicar lo que brota de su corazón enamorado (A. Borrell, en la Presentación).