«No, no me amó de bromas». Esta frase tan sencilla como conmovedora de Angela de Foligno, inspira y sintetiza el contenido de un retiro espiritual dado por un cisterciense a cistercienses y fundamentado en la doctrina de la escuela cisterciense de los siglos XII y XIII.
Una paradoja solo aparente, pues como dice Dom Patrick, Abad de Sept-Fons, «nos hallamos en el corazón de toda vida cristiana abrazada en toda su verdad: recibir, experimentar el amor de Dios hacia nosotros, y en la medida del don que él nos hace, devolverle amor por amor. Eso puede llenar una existencia, movilizar todas las energías del ser humano y hacer nacer en su corazón un reconocimeinto infinito».
El autor nos da unas páginas sabrosas, muy propias para una lectura reposada o unos días de retiro, en las que la nota dominante es «la locura del amor divino y la respuesta del amor humano que debe volverse un poco loco».
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