Por encima de la reforma y la polémica, Matilde nos ha dejado un diálogo entre el alma y su Esposo, entre el alma y el Amor. Una obra que, como ella afirma, ha brotado del corazón de Dios, y el mismo Cristo le dictó el título: La Luz desbordante de la Divinidad. Leer a esta poetisa y primera escritora mística alemana es volver a escuchar las voces de Orígenes, Gregorio de Nisa, Gregorio Magno o Bernardo de Claraval.
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