9 de agosto: EDITH STEIN (1891-1942)
Mujer alemana, judía, filósofa, escritora, convertida al catolicismo, vivió nueve años en el Carmelo y murió en las cámaras de gas en Auschwitz. La búsqueda apasionada de la verdad la llevó al encuentro pleno con Jesucristo y a entregar la vida en holocausto por su pueblo.
La Luz que en El encontró iluminó los grandes interrogantes que la herían por dentro: la estructura del ser humano, el destino de la historia, y la sed de felicidad y paz que anhelan todo hombre y toda mujer.
En una carta nos dejó este pensamiento: “Y para lo que venga, hoy no se puede preparar una. Así que llevamos tranquilamente nuestra vida, y dejamos el futuro a Aquel que únicamente conoce la respuesta”.
Al entrar en contacto con Edith, mujer de nuestro tiempo, se despierta en nosotros una nueva lectura de la historia: nada acontece por casualidad. Todo está en las manos de Dios. En ellas nos podemos abandonar, con la confianza cierta de estar bien cuidados.
LAS SEMILLAS DE SANTIDAD SEMBRADAS AYER FLORECEN HOY
Ellas, las mujeres del Evangelio, las mujeres comprometidas de hoy,
son las primeras creyentes de lo increíble.
Son la iglesia más viva.
Caminan dejando la huella de la vida.Sueñan y abren el futuro de todos los seres humanos en igualdad.
Misión Abierta.