Seguimos con días difíciles. Días de prueba pero no debemos olvidar que Cristo no nos ha abandonado, que está a nuestro lado y en silencio nos sujeta, nos escucha, nos consuela. No es el momento de preguntarse ¿por qué? Párate un momento: ¿qué sientes? ¿ qué piensas? Es verdad que puede ser impotencia, tristeza, incluso rabia y enfado pero con estos sentimientos, nos alejamos del Señor porque nos quitan la paz y además se contagian en los demás creando un clima totalmente desestabilizador. Y entonces aparece el miedo. Y te pregunto ¿confías en el Señor? Pues abandona tu miedo en Él porque el miedo no viene de Dios. El miedo te paraliza y crea desesperanza. Y ¿qué nos dice Dios?: “No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa” (Is. 41,10). Es verdad que estamos en oscuridad pero también en medio de esta pandemia debemos resistir porque no lo dudes, veremos la luz y comprenderemos. Todo en tiempo del Señor.
Es cuaresma, aprovechemos para profundizar en nuestra fe, y perseveremos. Ante la dificultades no debemos salir corriendo sino con serenidad abandonarnos totalmente en el Señor. Mostar nuestra fidelidad, nuestra confianza con la certeza absoluta de que nos escucha. Y es que el miedo es una tentación que puede quebrantar nuestras confianza en el Señor. ”Y él dijo: Ven. Y descendió Pedro de la barca y anduvo sobre las aguas para ir a Jesús. Mas al ver el viento fuerte, tuvo miedo y, comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Y al momento Jesús, extendiendo la mano, le sujetó y le dijo: ¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?(Mt. 29-30). Me parecen preciosos estos versículos y nos los tenemos que aplicar. Mientras estamos con Jesús, mientras caminamos apoyados en Él, todo marcha incluso en medio de las dificultades pero cuando damos paso a la duda, el miedo entonces nos hundimos y dejamos de verle. Dejamos de creer en su palabra, que estará a nuestro lado todos los días de nuestra vida. Y entonces el Señor nos pregunta ¿por qué dudas?. Son tentaciones, no te dejes arrastrar por ella. Acuérdate que «El amor perfecto expulsa el temor» (1Jn 4,18). SI amo al Señor, si es la roca en la que ma apoyo, si lleva mi vida, entonces no tenemos que dar paso al temor. Es una tentación que nos hace tambalear y más aun, nos impide seguir siendo luz, apoyo a los que Cristo pone en nuestro camino en estos momentos. Somos instrumentos del Señor para calmar los corazones agitados, poner paz en la desesperación y sobre todo esperanza. Y así llenemos a todos de esperanza no caigamos en la rueda de lo negativo.
Pidamos al Espíritu Santo que venga a nosotros, con Él todo temor desaparecerá porque será el amor del Señor, quien desde nuestra alma, nuestro corazón, nos levante y nos ayude a seguir. Esto es pasajero y veremos la luz. Os invito a repetir este Salmo: “Extiende la mano desde arriba: defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas”(Salmo 143).
Esta mañana miraba un imagen de un arco iris. El arco iris es la esperanza. “Y Dios dijo: Este es la señal de la alianza que establezco para futuras generaciones entre Yo y vosotros y todo ser vivo que os acompañe. Pongo mi arco en las nubes que servirá de la alianza entre yo y la tierra” (Gn 9-13).Así que que cuando los ánimos decaigan cerremos los ojos para ver ese arco iris, ese amor y esperanza que nos regala el Señor.
Y quiero repetir con calma, con amor lo siguiente: Aquí estoy. Confío en ti. A tus manos encomiendo mi espíritu.
Y no lo olvides: Quédate en casa. Y añado, el Señor está a tu lado y te cuida.
Acerca de Cristina Martínez Segura
Cristina Martínez Segura, es profesora superior de piano, estudios realizados en el conservatorio de Valencia y licenciada en derecho por la Universidad de Valencia. Durante 12 años fue profesora de piano de conservatorio y posteriormente decidió volver al derecho. Actualmente tiene una empresa y es asesora en nuevas tecnologías y profesora de protección de datos y privacidad en entidades públicas.
En el terreno espiritual ha publicado su primer libro con la Editorial Monte Carmelo, colabora en su blog y escribe pequeñas oraciones diarias. Asimismo ha formado un grupo de oración llamado Betania.
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