Aprender a discernir cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida es un camino que requiere disposición y escucha plena. A través de las enseñanzas que nos da Jesús y lo que nos enseña la Biblia, podemos conocer que, amar y servir a Dios, conocerlo mejor y ser sus amigos, es su voluntad.
Pero a veces creemos que Dios nos va a enviar grandes señales o nos va a comunicar directamente qué es lo que quiere de nosotros. Y no es así.
Es por medio de su Palabra y del tiempo que nos tomemos para orar y escucharle en lo profundo de nuestro corazón, donde empezaremos a descubrir el propósito de Dios en nuestra vida.
En su Palabra se encuentra lo que Él quiere comunicarnos. Por eso nos ha dado la capacidad para estudiar y razonar lo que está escrito allí.
Y ¿podré cumplir con la voluntad de Dios?
Eso nos asegura su Palabra, que cumpliremos la voluntad de Dios si abrimos nuestro corazón y obedecemos sus mandamientos.
Por supuesto que, humanamente, tendremos nuestras fallas, nos equivocaremos y caeremos en algunos momentos. Pero el esfuerzo constante por levantarnos siempre valdrá la pena.
Su voluntad se cumple en nuestra vida cada vez que lo amamos y lo servimos; cada vez que ponemos en acción su Palabra. Jesús mismo ha cumplido la voluntad de Dios y ha dicho “Dichosos quienes ponen en práctica la palabra de Dios” (Lucas 11:27-28).