Es necesario dejar claro que la depresión no es un estado de ánimo sino una enfermedad. El restablecimiento de la salud del deprimido puede ser factible si se busca la ayuda de Dios en la depresión.
Una de las formas de ayuda más efectiva es la oración. Esta puede ser hecha por la misma persona que padece la enfermedad o por otra persona. La petición debe ser formulada con fe y sin dudar de la acción sanadora de Dios.
¿Cómo buscar la ayuda de Dios en la depresión?
Al buscar la ayuda de Dios en la depresión, la fe es un elemento fundamental. Ya el Apóstol Santiago lo dijo muy claramente al señalar que quien dude, no piense que recibirá algo del Señor. Entonces, creer y tener la certeza de que Dios restablecerá al enfermo son condiciones necesarias.
La palabra de Dios abunda en promesas a las que se puede acudir para estos casos de tristeza profunda y continuada. “Venid a mí”, dice el Señor, nos hace un llamado simple de acudir a su omnipotencia. Y especifica a quiénes llama cuando dice “todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.
Ese descanso prometido por el Señor es la recuperación de la salud. Es el reencuentro del deprimido con la alegría de vivir, es la clara certidumbre de que nunca acudiremos a él en vano. Que siempre tendrá una respuesta favorable, plena de amor para nosotros.
Orad sin cesar…
Tenemos dos ayudas fundamentales y prácticas que Dios nos da en su palabra para tratar la depresión: la oración y la fe. La primera depende de nuestra disposición para hacerla. Y la segunda, es la que a través de Dios materializa nuestro pedimento; y depende básicamente de la potencia de nuestra creencia.
Así pues oremos con fe, con certeza y convicción de que nuestra oración será escuchada por Dios, quién ha de proveer sabia y amorosamente.